Dos solitarios en medio de la desesperanza
Esta es una de esas películas que me parten por completo en dos. De un lado, me entusiasma profundamente su atmósfera llena de soledad, de lluvia, de oscuridad entre tenebrosa y fascinante; con esas preciosas melodías plenas de nostalgia y de tensión; y con esas imágenes pausadas -envueltas en la niebla o en la luz indirecta- que dejan sentir una ciudad donde, en la noche, hay pleno lugar para el olvido, el vacío emocional, la desesperanza… también el encuentro, pero sobre todo, el desencuentro.
Me atrae muchísimo la identificación que se hace transparente entre el director y sus protagonistas, pues sabe tomarlos desde muy adentro y es capaz de conectarnos a plenitud con sus emociones. Lo que no me deja duda de que, en términos de la plástica y de la lírica, en Navas hay un hombre con un pulso firme y con una sensibilidad tan plausible que nos deja con expectativa. Lo que tiene que cuidar es no seguir partido en dos, porque el amor, para que sea Amor, no puede dividirse. Y en él -explicable en su juventud- es evidente que aún toma partido demasiado fácil. Obras cinematográficas como “12 hombres en pugna”, “A sangre fría” o “Mucho más que un crimen”, dan claras pistas sobre este tema.
También logré sentir una gran empatía con los dos protagonistas. Quique Mendoza, como el taxista hondamente dolido por el asesinato de su hermano William y ahora perseguido para evitar que tome represalias, da vida a un hombre sensitivo, con una mesura y una prudencia en lo afectivo que convence e inspira confianza. Y Gloria Montoya, en un debut muy promisorio, logra impregnar a su Ángela de una ternura arrobadora y de una personalidad inconforme y ansiosa que conmueve profundamente. Y también me gustó que pudiéramos ver el calor humano que pueden tener algunas “muchachas de la noche” (aunque para el caso se hubiera preferido a una chica argentina).
Pero, al otro lado de lo que me hizo sentir que estuve cerca de la gran película, me desalienta la caída en el rancio cuento bipolar de ama a estos (Jorge y Ángela), pero odia a aquellos (González, “McGyver”). Me resulta completamente innecesaria e infortunada la escena con el amante fortuito que Ángela lleva a su apartamento. Considero manido y de serie B, el falso recurso de alargar y alargar la decisión de los verdugos con justificaciones sin asidero y haciendo tiempo (algunos lo llaman suspenso) para que llegue “la justicia” que tanto ansiamos.
Con todo, “LA SANGRE Y LA LLUVIA” me deja un sentimiento de positiva esperanza. Creo que el cine colombiano está pasando por el mejor momento de su historia. Hay ahora talentos con escuela, con bagaje, y sobre todo, dotados de claridad y compromiso con la vida y con el arte cinematográfico. Y de esto, seguramente, van a seguir surgiendo cosas muy significativas.
Luis Guillermo Cardona
Título original:La sangre y la lluvia
País / año: Colombia 2010
Director: Jorge Navas
Guión: Jorge Navas, Carlos Henao, Alizé Le Maoult
Fotografía:Juan Carlos Gil
Música: Sebastián Escofet
Intérpretes: Gloria Montoya (Ángela), Quique Mendoza (Jorge), Hernán Méndez (Tte González), Juan Miguel Silva (Torres), Weimar Delgado (McGyver)
No hay comentarios:
Publicar un comentario