Con una mujer así cualquier cosa puede pasar
Hay mujeres que le mueven el andamio a cualquiera y son capaces de subirte al cielo –aunque después sólo te merezcas el infierno- en un santiamén. Algunas con sólo proponérselo y otras, ¡las más divinas!, con el sólo hecho de ser, de estar ahí. Su belleza trasciende la piel, pero comienza en la piel. Se entremezcla en un todo con su ser… y una magia indescriptible te envuelve, entonces, en una especie de manto etéreo que te saca del planeta, te produce un encanto fascinante y te hace sentir que estás ante todo, absolutamente todo, lo que deseas de la vida.
Frances Farmer es una de estas mujeres. La ves en una ocasión y se te mete en el alma para siempre, pues todo el empeño que Dios puso al crear a los seres humanos puede verse claramente en ella. ¡Cómo condenar pues al ambicioso y antiecológico Barney Glasgow por caer en el hechizo de Lotta Bostrom! Y más cuando a su madre, casi igualita a ella, teniéndola en las manos la abandonó por la necia torpeza de darle más importancia al dinero que al amor.
“RIVALES” comienza como un alegato contra la desvastación indiscriminada de los bosques que vienen haciendo las empresas de papel (ha pasado más de un siglo y tales hechos no paran). Barney Glasgow es uno de estos inescrupulosos taladores y pronto ascenderá en lo económico hasta poseer su propia empresa. En una secuencia muy bien lograda, veremos el proceso que siguen los acerrados troncos de madera en su desplazamiento a través de canales y de ríos.
Después comienza una historia de amor y de amistad, donde veremos el mejor lado de Glasgow (Edward Arnold) al lado de su amigo Swan Bostrom, un estupendo Walter Brennan quien ganaría su primer Oscar. Y entre ellos, Frances Farmer, haciendo las veces de la melancólica cantante de bar y luego como la hija que pondrá a caminar en la cabeza al encumbrado empresario, ya maduro, casado y con dos hijos.
En todo esto, el destino hará de las suyas y cada quien, incluido el inconforme hijo del pretencioso Glasgow, encontrará su lugar en esta historia de ambición, de amores y desamores, de ferviente amistad y de ilusos empeños en los terrenos del amor.
Dirigida inicialmente por Howard Hawks, quien venía modificando el guión como bien le parecía, se cuenta que un día se apareció en el set de rodaje el productor Sam Goldwyn… discutieron… Hawks se sobrepasó en los términos que debía utilizar… y tuvo que irse dejando el rodaje en manos de William Wyler quien filmó el tercio de película que todavía faltaba.
“RIVALES” no va más allá de ser un filme entretenido y agradablemente interpretado, pero, es muy probable, que aquella mujer de la que se enamoran tres hombres, se meta también en tu corazón de una vez y para siempre. Frances Farmer es una evidencia de que Dios existe.
Luis Guillermo Cardona