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lunes, 19 de septiembre de 2011

Como el gato y el ratón







La furia contenida de pronto brota como un volcán

Esta es la historia de un pueblo que ha aguantado pobreza, carencias de todo tipo, mentiras y promesas que no se cumplen… un pueblo que sobrevive a fuerza de aguante y de tesón, que termina por aceptar que debe vivir en una tierra de nadie, donde se necesita mucho sacrificio para poder levantar una familia, y donde no se cuenta con el apoyo del Estado sino hasta el momento en que necesitan sus votos.

La Estrella es un barrio de invasión en plena capital y contra todas las negaciones que les ofrece la vida, sus moradores aún viven unidos y tienen ahora un objetivo común: que, a sus calles y a sus casas, llegue la energía eléctrica que les permita mejorar un poco sus condiciones de vida. Y el día ha llegado: La empresa de energía ha prometido que para hoy tendrán luz en sus caminos… Se encienden velas, se canta con alborozo, y entre las personas se entremezcla el optimismo de unos con el pesimismo de otros.

Y el “milagro” se cumple. Las familias más representativas del barrio, los Brochero y los Cristancho, celebran con sus vecinos. Como buenos compadres, Cayetano Brochero y Miguel Cristancho, se emborrachan juntos para celebrar la buena nueva… Pero, habrán pasado muy pocos días, cuando un pequeño incidente, se convertirá en una cadena in crescendo de agresiones, maltratos e intolerancia que pronto alcanzarán el paroxismo ante la incredulidad del edil quien, empeñado en la armonía y en la paz de sus congéneres, de pronto ve como empieza a derrumbarse su esperanzado sueño.

Rodrigo Triana logra una eficaz ópera prima donde demuestra el fragor que puede alcanzar la ira contenida durante años y años, la cual puede estallar hasta con los mejores amigos o los seres más queridos. Cualquier hecho insignificante sirve para reventar el dique, y es así, cuando el instinto fiero y salvaje comete los improperios que jamás habíamos imaginado. No hay aquí gente mala, tan sólo seres humanos que, cual olla a presión, llega a un punto en que no consigue contener más sus frustraciones, y apagada en un instante la razón, se desemboca una fuerza agresiva que, sólo liberándola escapan de la locura de la impotencia, para caer enseguida en la locura del daño moral, físico y social.

Un cuento bien contado, con personajes efectivos en su caracterización e interpretación; situaciones bien trazadas desde el efecto emocional y social que nos tocan ineludiblemente; y una ambientación de cierto toque neorrealista que logra a plenitud su cometido.




Mínimos baches técnicos y el craso error del título -pues aquí no hay un gato dominante y un ratoncito atrapado, sino dos familias de lobos adormecidos que, un día abrirán sus fauces de igual a igual-, no empañan lo suficiente esta significativa e impactante película. Ah! Y queda el personaje de Edson como el perfecto…, bueno, usted será capaz de añadir la palabra que falta.



Este es el cine que refleja una triste realidad… que debe cambiar, porque nuestro pueblo tiene derecho a una vida digna.

                                 Luis Guillermo Cardona


Título original: Como el gato y el ratón
País y año: Colombia, 2002
Director: Rodrigo Triana
Guión:Rodrigo Triana y Jörg Hiller
Fotografía: Sergio García
Música:Nicolás Uribe
Intérpretes: Jairo Camargo (Cayetano Brochero), Patricia Maldonado (Esperanza Brochero), Paola Andrea Rey (Giovanna Cristancho), Alina Lozano (Consuelo Cristancho), Gilberto Ramírez (Miguel Cristancho), Susana Torres (Dra María Angélica).
Duración: 85 minutos









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