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miércoles, 21 de diciembre de 2011

El león de San Marcos



El héroe enmascarado que protegió a Venecia

Cuando yo era pequeño, no me las apañaba fácil para ir al cine que, desde entonces, se había convertido en una pasión irreprimible. Cada día, debía guardar la moneda de 20 centavos que me daban para gastar en la escuela y así, al llegar el domingo, ya tenía recogido el peso que necesitaba para comprar el boleto de la función matinal. Pero había ocasiones, en que no resistía las cosas calientes y bien olientes que vendían en la tienda y terminaba gastándome dos o tres monedas que me hacían falta para entrar al cine. Me tocaba entonces, buscar a un anciano que, por años, hizo presencia con una humilde ruleta de cartón en la que uno apostaba una moneda y tenía ocasión de ganarse tres de las mismas. Como suele ocurrir, a veces conseguía ajustar el dinero del boleto… pero otras me tocaba volverme para la casa frustrado y cabizbajo. Algo así, me ocurrió el día del estreno de “EL LEÓN DE SAN MARCOS”. Pero fue peor, porque el anciano no llegó con su ruleta aquel día y me tocó devolverme con 60 centavos en el bolsillo, después de apreciar como, una larguísima fila de personas, entraba complacida para ver la película que era anunciada con un inmenso poster en el que,Gordon Scott, uno de los ídolos de mi infancia, lucía imponente.

Nunca más se me dio otra ocasión de ver este filme que, de vez en cuando, recordaba como uno de esos vacíos que esperaba llenar algún día. Y anoche pude verla… Y sentí, que si la hubiera visto con ojos de niño, me hubiera emocionado profundamente, pero ahora, con mirada crítica, con mente adulta, y llevando a cuestas ese montón de cine que han visto mis ojos, la emoción fue escasa, pero no obstante, pude seguir sintiendo aprecio por ese héroe de la infancia que tantas veces me emocionó haciendo de Tarzán, El Zorro o  gladiador .


             

      Es seguro, que cada clase social interpreta, a su manera, la figura de aquel león alado que con sus garras delanteras sostiene un libro abierto, en esas imponentes esculturas que aún ocupan representativos espacios de Venecia y que además luce como símbolo de diversas organizaciones y empresas. Lo que yo siento que quiere decirnos es que, el conocimiento nos dará la fuerza del león y podrá hacernos libres.

En el filme, simboliza el poder que defiende a la nobleza de los piratas que pretenden apropiarse de sus riquezas. Sin embargo, el noble Manrico Venier (Gordon Scott) convertido en el enmascarado León de San Marcos, será capaz de dar su amor a una bella pirata, y comprenderá que, para los fuera de la ley, no hay nada que hable de una oportunidad para empezar de nuevo y que lo único que les espera es la muerte. Pero, quizás él traiga una nueva esperanza.  


         Luis Guillermo Cardona      
  




viernes, 16 de diciembre de 2011

La pasión de Gabriel



Una poderosa historia que ya lleva dos mil años



Jesús, un ser que vino al mundo para luchar por la unión entre todos los hombres. Dio amor, despertó conciencias, sembró verdades que nos ayudarían a vivir en paz, y nos convocó para que hiciéramos sentir, a cada hermano, que con nosotros está libre de agresión alguna. Lo persiguieron por decir verdades, lo calumniaron por denunciar a los falsos dioses, y lo crucificaron por estar en contra de cualquier atropello a la dignidad del hombre. Fiel a sus ideales y leal a su destino, Jesús jamás renunció al ejercicio de lo que  consideraba justo, quizás, porque también sabía que morir haciendo el bien es un verdadero triunfo, pero vivir haciendo el mal es una triste desgracia.


Gabriel, es un sacerdote tan terrenal como cualquier otro hombre. Aunque ejerce dentro de la iglesia católica, ha renunciado al celibato porque siente que es su derecho  experimentar ese maravilloso y dual sentimiento que es el amor físico-espiritual por la mujer (dicen, y lo creemos, que también Jesús tenía su Magdalena). Pero, Gabriel, ama a su pueblo y se duele de verlo sometido entre tres fuegos: las fuerzas del estado que para nada lucen como símbolo de justicia y las fuerzas insurgentes (guerrilla y paramilitares) que traen sombra por doquiera que se asientan.  

Respaldado por la mayoría de los representantes del pueblo, Gabriel tiene como objetivo construir un puente que él ve como una puerta abierta para dar paso al transporte de alimentos desde el pueblo hacia otros lugares, pero otra cosa ven los grupos al margen de la ley quienes tratan de disuadirlo de esta empresa. Por ésta, y por otras situaciones en las que Gabriel se compromete en defensa de la justicia, su vida queda en entredicho y algunos comienzan a presentir que corre un verdadero peligro.




Pero, cada tanto, irreversible y poderosamente, surge el hombre necesario que trazará el puente de luz que la humanidad requiere para mantenerse viva y poder seguir con la frente en alto. Y así, Gabriel hará historia, y en la conciencia de un joven valeroso que ha sabido seguir su camino, quizás deje una huella indeleble, y posiblemente, él será el próximo en oponerse a los desafueros de los hombres.

Luis Alberto Restrepo, el director que nos diera ese gusto a mujer-con-alma en “La primera noche”, nos complace ahora con esta afirmación de Cristo-eterno, vista desde lo terreno, pero con un sabor a fuerza espiritual que nadie puede quitarle. 


Reconocimiento a Andrés Parra por esa actuación vigorosa, cálida y profunda, con la que logra dar, al personaje de Gabriel, un carisma sorprendente y maravillosamente humano. Y bien por Ana Cecilia Sánchez, la bella Silvia que consigue ver el corazón amoroso y sincero que, cada tanto, puede haber en un hombre de iglesia. Los atrasos de las instituciones siempre promoverán la rebeldía de los hombres. 

Título Original:La pasión de Gabriel
País / Año: Colombia 2009
Director: Luis Alberto Restrepo 
Guión: Diego Vásquez Moncayo y Luis Alberto Restrepo 
Fotografía: Sergio García
Música: Sally Station
Intérpretes: Andrés Parra (Gabriel), Ana Cecilia Sánchez (Silvia), Isabel Gaona (Rosario), Hernán Méndez (don Pablo), Jorge Rodríguez (Alcides), Álvaro Rodríguez (Ramón), Gilberto Ramírez (Hipólito), Tania Suárez (Janeth).